martes, 5 de enero de 2016

Feliz 2016.

Nadie es de nadie. Tú eres tuyo, y yo siempre he sido mía. Compartimos un espacio de tiempo que, visto de algún modo, fue breve. Ahora nos toca continuar cada uno por su camino. A ti te besarán otros labios, a mí me acariciarán otras manos. Tú rozarás otros cuerpos, a mí me morderán otras bocas. Y, entre tantos cuerpos, entre tantos besos, entre tantas manos y entre tantos suspiros, me recordarás. Créeme que recordarás cómo yo te besaba, cómo te hacía reír, cómo te sonreía desde lejos cuando nos encontrábamos. Y créeme que yo también me acordaré de ti, de cómo colocabas tus manos en mi cintura, de cómo me besabas y de tus mensajes que ya no llegan. Pero, aunque pienses que me echarás o que te echaré de menos, eso no será así. Simplemente seremos un bonito recuerdo, una persona que nos enseñó cómo NO se debe querer. Con la que fue bonito mientras duró, pero feo cuando todo estaba terminando. Porque estaba escrito que ni yo era para ti, ni tú eras para mí. Porque estaba escrito que nuestras diferencias sí que iban a poder con nosotros. Y es que aunque los polos opuestos se atraen, cuando chocan no causan un buen golpe. Así que, si algún día me recuerdas, espero que sea como yo a ti. Sin rencor, con cariño y con una sonrisa por habernos encontrado en el camino de la vida. Sólo espero que seas feliz, y que si algún día te hablan mal de mí seas capaz de defenderme, por todos los momentos que hemos vivido, no hace falta enumerarlos. Y sí, reconozco que me enamoré de ti, pero que ese sentimiento ya acabó. Ahora sólo queda una bonita memoria de aquellos días en los que todo iba bien. Así que yo sólo te deseo que todo continúe bien, que seas capaz de luchar por lo que quieres y que no olvides que jamás hablaré mal de ti.

Feliz 2016.

No hay comentarios:

Publicar un comentario