martes, 5 de enero de 2016

Pensamientos de madrugada. Lo que nunca me dijiste.

Al menos unas disculpas. Sólo esperaba unas putas disculpas de tu parte. Un "lo siento", o algo. Por haberme dicho lo que me dijiste en aquella última conversación. Por no haber tenido valor para decirme cara a cada nada de lo que me dijiste por teléfono. Un "perdona" por haber sido un gilipollas. Por haber hecho daño a alguien que te quería. No te pido que vuelvas conmigo, es más, es lo último que querría. Sólo te pediría que, la valentía que demuestras, la hubieras usado para ser mejor persona. Para saber decir a la cara "ya no te quiero". Para saber dejar claro frente a frente que habías cambiado, o que ya no eras el mismo, o que estabas volviendo a ser tú, o qué se yo. Sólo esperaba recibir de tu parte unas disculpas por querer ser libre pero estar atándote cada vez más con cada mensajito de Twitter que te mandas con esa nueva persona que ha llegado a tu vida. Y también respeto. Después de todo lo que hemos vivido juntos, que no es poco, puede que me recuerdes mal, o que, como dices, llegues a odiarme. Pero yo sólo quiero que me respetes. Que si hablan mal de mí delante de ti, seas capaz de defenderme. Aunque nos hayamos hecho daño. Aunque nos hayamos equivocado. Aunque nos hayamos insultado. Aunque todo haya acabado ya entre nosotros. Sólo sé que me enamoré de ti, que fuiste mi primer amor y que jamás olvidaré lo que aprendí gracias a esa relación. Pero también sé que muchas cosas podrían haber sido de otra forma. Que muchas peleas no hubiesen existido. Que muchas palabras no hubieran sido dichas. Que muchas tardes no se habrían dado de tal manera. Si no fuésemos nosotros, claro. Tú, tan orgulloso. Yo, tan de querer llevar siempre la razón. Tú, tan aparentemente enamorado. Yo, tan aparentemente fría. Y los dos, tan sumamente idiotas como para no decirnos a la cara todo lo que teníamos que habernos dicho desde que el problema empezó. Sabíamos que no estábamos hechos el uno para el otro, y aun así continuábamos juntos. Por ser la pareja guapa, por aparentar, por querer demostrar. Lo cierto es que a mí nunca me hizo falta demostrar a los demás lo que sentía, porque, bueno, ya me conocías. Ahora no somos los mismos. 3 meses después de todo, hemos cambiado. Yo ya no sé quién eres. Tú ya no sabes quién soy. Sólo somos dos personas que tuvieron algo en común. Y creo que así seguirá siendo, ya sea por tu orgullo, por mi dignidad, por las pocas ganas o el mucho odio, que, al fin y al cabo, también es una forma de querer.

No hay comentarios:

Publicar un comentario