jueves, 30 de mayo de 2013

Adiós.

Cuando te enamoras, crees conocer perfectamente a la persona a la que amas, pero cuando abres los ojos y te das cuenta de cómo es en realidad, las cosas cambian. Quizá por un tiempo piensas que todo va a ir a peor, que esa persona era la única que te iba a querer, que no existirá otra persona igual. Pero, al cabo de los días, vas olvidando todo lo que viviste junto a él. Si antes le recordabas a cada momento, ahora le recuerdas a cada hora. Si le recordabas a cada hora, pasas a recordarle muy pocas veces al día, y así. Sientes que no quieres hablar con él, que ya no significa mucho para ti, no significa nada de lo que significó, y te vas percatando de que es una persona completamente diferente a lo que te vendió, y que tú no mereces algo así. Cuando te pide que madures, y él es la primera persona que debería hacerlo, cuando le ignoras y le das los puntos claros, y él sigue insistiendo. Te das cuenta de que algo has hecho mal, y de que algunas cosas no deberían de estar pasando. Y así transcurre el tiempo, tú viviendo tu vida y él la suya, por caminos diferentes. Y te encuentras bien, porque eres libre, te sientes a gusto y ya no hay nadie que te controle las 24 horas del día. Sientes que el 'adiós' sirvió para mucho, porque ahora eres tú misma, haces lo que quieres, cuando quieres; y no te controlan. Sales sin compromiso, vas a los sitios que te gustan, sin pensar en el tiempo ni en nadie en especial, viviendo el momento junto a la gente que te quiere. Y así olvidas, das mucho más de ti y sonríes por ti misma, no por nadie. Y sí, un placer coincidir en esta vida, pero espero no volver a hacerlo. Con cariño o sin él, adiós.

P.D.: No te pertenezco, ni lo he hecho nunca.


No hay comentarios:

Publicar un comentario