viernes, 4 de julio de 2014

Es distinto.

Es distinto, ¿sabéis?
No es lo mismo un "me gustas" que un "te quiero". No es lo mismo un "adiós" que un "hasta pronto". No es lo mismo una caricia que un abrazo. No es lo mismo llorar y después reír que llorar de la risa. No es lo mismo soñar que imaginar. No es lo mismo ir a la playa que veranear en la playa. No es lo mismo.

No es lo mismo estar callado que permanecer en silencio. No es lo mismo pensar en el mañana que organizar el futuro. No es lo mismo tener prisa que ir deprisa. No es lo mismo mirar de arriba a abajo que mirar de dentro a fuera. No es lo mismo querer que amar. No es lo mismo gustar que desear. No es lo mismo disfrutar que pasarlo bien. No es lo mismo tener que poseer. No es lo mismo hablar en voz alta que gritar. No es lo mismo mirar al cielo que observar las estrellas. No es lo mismo besar y que te besen, a besarse. No es lo mismo hablar en voz baja que susurrar. No es lo mismo vivir que sobrevivir, que sentirse vivo. No es lo mismo echar de menos que olvidar. No es lo mismo carecer que no tener. No es lo mismo distancia que kilómetros. No es lo mismo "siempre" que "eternamente". No es lo mismo "te quise" que "te he querido". Tampoco es lo mismo tocar que explorar. No es lo mismo una piedra en forma de corazón que un corazón de piedra.

La diferencia soy yo, que puedo darte más de lo mismo, pero distinto.

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