No es un día raro,
o algo fuera de lo normal.
Tampoco es un suceso diario;
es un día
verdaderamente especial.
Sólo tres
han pasado de aquel día
han pasado de aquel día
en que decidimos
nuestras vidas fusionar.
Tres meses
de muchas alegrías
y momentos por recordar.
No es que te quiera
como a cualquiera,
como a cualquiera,
te quiero de otra forma,
de manera sobrenatural.
Te quiero
cuando el aire sopla fuerte,
el mar baila en calma
y las llamas del fuego
arden vivaces.
Te quiero
cuando estoy en duda,
pensativa,
a veces triste,
a la defensiva
y estando alegre.
Te quiero desde hace un tiempo
aunque no sé cuánto
exactamente.
Sólo sé que quiero
que este
(por ahora)
breve cuento,
dure eternamente.
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