Qué gracia me hace, o qué pena me da
esa gente que necesita
aferrarse a algo o a alguien
para ser feliz.
Porque, decidme,
el día que eso se acabe
o esa persona se vaya,
¿qué será de vosotros?
No tendréis plan de huida,
no tendréis a qué agarraros,
simplemente buscaréis
una y otra vez
otra cosa
u otra persona
que os llene ese vacío.
Pero esa persona
o esa cosa
se consumirán;
y con ellos,
vuestra felicidad.
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