Nunca es justo echar de menos. Ni la hipocresía. Tampoco el odio. Ni siquiera el amor es justo. En este mundo debes aprender a aceptar que recibir menos de lo que das no es justo, y que el todo está hecho así. Debes tener presente que no siempre que hables todos van a querer escucharte. Despréndete de la idea de la «felicidad», porque, al fin y al cabo, morimos siendo personas con momentos difíciles y momentos puntuales de alegría. La vida es injusta, sí, pero no está hecha para que nos toque la parte perjudicada siempre. Debes ser fuerte y rápido, aprender a ver la vida siempre desde al menos dos perspectivas. Compara y comprueba. Nadie dijo nunca que la vida fuese fácil, sólo dijeron que toca vivirla tal y como nos viene. Así que intenta que lo malo no te afecte, sino que te de lecciones. No dejes que las cosas malas vengan por sí solas; busca los momentos de paz. Aprende a vivir, aprende a querer disfrutar.
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